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Fidel en el Escambray (I): Génesis de una fundación

Fidel Castro en el Escambray
Comitiva que intervino en la reunión del 3 de abril de 1971 para el trazado del desarrollo ganadero en la regional Escambray. Guzmán Pozo (marcado con una flecha), no olvida un acontecimiento que marcó un antes y un después en su labor profesional: fueron años intensos en sus investigaciones agropecuarias.

Fecha: 

01/06/2017

Fuente: 

Café Mezclado

Autor: 

Con planos, a veces corregidos en la premura del tiempo, Fidel llegó a las inverosímiles geografías del Escambray para instaurar una esperanza. A partir de marzo de 1959 los rostros guajiros, surcados de arrugas, se iluminaron. Los titulares de los rotativos especificaban: ¡La tierra es suya!, una sentencia recordatoria de celebraciones de Congresos Campesinos y recorridos del líder de la Revolución por zonas de Pinar del Río, la Ciénaga de Zapata, el centro villareño y Camagüey, lugares menos conocidos a partir de la epopeya combativa de la Sierra Maestra.
 
El 10 de octubre de ese año, desde un secadero de café en El Nicho, el Comandante Camilo Cienfuegos interviene en el Primer Congreso Campesino del Escambray. Desarticula las artimañas de algunos “politiqueros”, y defiende el derecho a la posesión de la tierra que el Che entregó durante su campaña guerrillera. También anuncia que pronto Fidel estará en las alturas de Guamuhaya, al sureste villareño. Allí había un territorio idóneo, casi inhóspito, para desarrollar todos los conceptos económico-sociales que requería el país.
 
El terreno tenía unos 4295 km2 de superficie. Era una las 58 regiones de las entonces provincias cubanas. Durante años formó parte, casi permanente, de los desvelos del Comandante en Jefe por desencajar de manera radical el entorno de aquellas 12 antiguas y atrasadas municipalidades.
 
A partir de 1960 se crean las primeras Granjas del Pueblo con el Plan Especial Escambray, dedicado al fomento y desarrollo agropecuario, y en menos de dos años la hidroeléctrica Hanabanilla, con asesoramiento de especialistas checos, efectuó sus primeras pruebas de funcionamiento para la entrega de 56 millones de kilowatts-hora, como mínimo.
 
El panorama desolador de aquellos lugares comenzó a cambiar, mientras el pueblo uniformado desarticulaba bandas contrarrevolucionarias. No quedaba otra opción que trabajar por el día y vigilar por la noche, como combatiente, para defender los intereses colectivos.
 
A finales de 1962 se celebra la Primera Feria Agropecuaria de Manicaragua. En la Ciénaga de Zapata Fidel acude a idéntico certamen, pero del Carbón, con exhibición de los logros económico-sociales registrados hasta el momento.
 
Otras proyecciones…  
 
Durante la edición del sábado 29 de diciembre de ese año Vanguardia destacó que allí se daban a “conocer a los villareños en particular y a los cubanos en general, el resultado obtenido hasta la fecha por lo que Fidel explicó sería un plan especial que se aplicaría a esta región de Las Villas, en beneficio de los campesinos de las montañas del macizo central de Cuba, que no habían recibido de la Revolución los beneficios que otras zonas agrícolas del país estaban disfrutando desde hace tiempo”.
 
Se abría un ancho y esplendente camino para fundir esfuerzos de ciencia y técnica, o cultura y educación, así como salud y bienestar públicos y gratuitos en la consagración de quienes surgían en defensa de las conquistas anunciadas por Fidel en el Programa del Moncada, un instante luminoso que daría Patria y Humanismo al cubano.
 
Vista al Paraíso
 
Fidel, hombre previsor, refiere la edición de Vanguardia del miércoles 26 de junio de 1963, visitó la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas y en su Facultad de Ciencias Agropecuarias orientó la inmediata creación de una unidad de producción de semillas de alta calidad y rendimientos en cultivos de maíz y otros viandas y vegetales. Escogerían 20 caballerías de suelos apropiados en zonas del Plan Especial del Escambray, lugar en el cual también los graduados desarrollarían labores de extensionismo agrario con campesinos serranos.
 
El centro docente contaba con estudios de 41 variedades de boniato, 27 de yuca y 9 de maíz, principalmente del denominado Tuzón, Canilla, Tayuyo, Francisco, Hacienda, Gibara, Pineo, Victoria y Rosita o Reventón, y obtenía excelentes resultados en el híbrido D-1, aptos todos para el consumo humano y animal, así como de diferentes indagaciones en tipos de fertilizantes en combinaciones de nitrógeno, fósforo y potasio. Ya, con una profunda visión de futuro, estaba ideando lo que vendría después…
 
El Escambray apenas tuvo tiempo para fundar pueblos, o fomentar caminos y transformar los agrestes territorios. Hasta que se erradicó el último foco de contrarrevolucionarios y colaboradores, todo fue un imposible. Por esa fecha el país adquirió recursos materiales y humanos para emprender las líneas de desarrollo de la región. El 23 de junio de 1969 Fidel efectuó una visita sorpresiva al Escambray. Estuvo en Los Pinos, Manicaragua, capital económica de la región, pues la política se situó en Trinidad.
 
Aquí comienza el renacer de las transformaciones: escuelas, caminos, comunidades agropecuarias, instalaciones industriales, o turísticas y de cultura y servicios asistenciales a la población. Son los hombres y mujeres del lomerío los encargados de ascender a otro paraíso: el diseñado por el Comandante en Jefe con recorridos sorpresivos en los cuales a veces los periodistas de Vanguardia ofrecieron un seguimiento inmediato, y en su defecto, reconstruyeron aquellos periplos que demostraron cómo Fidel es de esos hombres que “gusta trabajar lo más sigilosamente posible”, como afirmó en una ocasión.
 

ingeniero agrónomo Jesús Guzmán Pozo atesora un valioso material documental
que agrupan las disposiciones del Comandante en Jefe asignadas al desarrollo de la serranía villareña.

Jesús Guzmán Pozo, ya octogenario, es ingeniero agrónomo, y desde muy joven lo apodan El Médico, por su afán en escudriñar en los misterios de las ciencias naturales. En 1970 era director del Centro de Investigaciones Agropecuarias de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, y acababa de regresar de Australia, país en el cual participó en un congreso internacional de pastos y forrajes destinados a bovinos.
 
Nos relata: “En varias ocasiones, en el transcurso de 4 años antes, Arnaldo Milián Castro, primer secretario del Partido en Las Villas se interesó por los estudios que hacía con gramíneas y leguminosas destinadas a incrementar los rendimientos lecheros y de carne de la masa ganadera.
 
“Entonces Nicolás Chaos Piedra, primer secretario del PCC en la regional Escambray lo invita a ese territorio y le contó que ¨Fidel me ha bajado una tarea de envergadura y necesito orientaciones especializadas en la dirección técnica del sector¨.
 
“Es cuando formo parte de un grupo multidisciplinario que envió el Líder de la Revolución para proyectar el desarrollo del lomerío. Eran expertos en Planificación Física, en Arquitectura. Yo era un ingeniero integral, formado en la parte de pastos, forrajes y pecuaria.
 
“Rosa Elena Simeón dirigía el grupo, integrado además por Gina Rey, Gladys Moner, Francis Secada y yo que hacía los estudios de ganadería-agricultura. Visitábamos los lugares y realizamos una división del territorio, según suelos, posibilidades de agua, pastos y forrajes para vacas Holstein —partes llanas—, así como de cruzamientos —premontaña—, y la de mayor ondulación destinada a ganado fino. O sea, para lecheros exquisitos, mestizos y cebú.
 
“Cecilia Menéndez era quien trabajaba directamente con Fidel. Los hombres del DESA (Desarrollo Agropecuario) se encargarían de las construcciones de vaquerías, viviendas y escuelas. Nada faltaría en el Escambray.
 
“Todo se diseñó en un trailler-campamento que se ubicó en Los Pinos. Era una especie de oficina-albergue con todas las condiciones para el trabajo profesional. Ahí se trazaron las pecuarias El Tablón, La Vitrina, Breña, El Abra y San Pedro de Palmarejo, en Trinidad. Abarcábamos desde Mataguá hasta Trinidad. Era un vasto territorio casi inexplorado.
 
“Chaos Piedra formó, incluso, un equipo de meteorólogos para observar las corrientes de los vientos y las lluvias. Se hizo un estudio ecológico de la parte de María Rodríguez, próximo a Báez, y La Parra, en Cumanayagua, sitios para ubicar vacas finas según ideas de Fidel. Eran supervacas.
 
“En María Rodríguez había temperaturas ideales para animales Holstein, pero carecían de agua suficiente para el riego. Eso obligó a escoger La Parra de acuerdo a la perspectiva de construcción de la presa Avilés y el canal Paso Bonito-Cruces. Creo, si no me equivoco, es lo único que tiene vida en la actualidad. En la zona de Galdós se proyectó la base lechera aledaña a Yaguanabo.
 
“Se llegaron a terminar 100 instalaciones pecuarias. En La Vitrina estuvo previsto el riego de agua, pero no se hizo la presa por la imposibilidad de interrumpir la carretera que conduce de Mataguá a Manicaragua. Las vaquerías en El Tablón tienen 4 caballerías, y en La Vitrina 8, y ahí surgió la crítica, pero Fidel dijo que cuando se dispusiera de represas las lecherías de la segunda serían idénticas a la primera. Ese es el motivo de las diferencias, todavía actuales.”
 
Convencer a Fidel
 
“En Valle Mena no podía sembrarse alfalfa, y Chaos Trujillo me dice: ¨Tú te atreves a decirlo a Fidel¨. ¡Claro!, le respondí. Un día me dijo: ¨monta en el jeep que Fidel viene a un recorrido¨. La conversación se promovió hasta llegar al punto del porqué ese cultivo no era recomendable en la zona. Los diálogos con el Comandante en Jefe eran difíciles. Había que tener argumentos, y hacer detalles minuciosos. Fidel todo lo calculaba todo y hasta te enredaba en preguntas y respuestas.
 
Guzmán Pozo sonríe, y recuerda aquel enfrentamiento de puntos de vista con Fidel, momento en el cual le expuso que los suelos allí eran muy ácidos, requerían grandes encalamientos y no se obtendrían las respuestas esperadas en un cultivo que requiere climas templados no acordes a nuestro invierno.
 
“Ya eso lo habíamos experimentado en la Universidad, pues de noviembre a abril había buenos rendimientos, pero hasta octubre la plantación era invadida por las malas hierbas. El Comandante se quedó meditando, y dijo: “Está bien, ¡estoy de acuerdo! ¨, y resaltó: ¨Ahora ustedes buscan todas las leguminosas tropicales y las experimentan aquí¨.
 
“Montaremos los estudios en Valle Mena, dije.
 
“Así encontramos que fue la glicina la de mejores comportamientos. No teníamos suficiente semilla, y entonces Fidel las facilitó según las necesidades. Dio orientaciones a José M. Miyar Barruecos para las entregas de la bermuda cruzada, un alimento para el ganado que entró al Escambray por disposiciones del Comandante en Jefe.
 
“En la Granjita del Partido, en Santa Clara, Fidel convocó a una reunión el 3 de abril de 1971. Allí estaba Milián Castro, primer secretario del Partido en Las Villas, así como Chaos Piedra y Aldo Díaz Guadarrama, director del DESA, además de especialistas cubanos y soviéticos. Analizábamos el proyecto de riego de agua en El Tablón, muy diferente al dispuesto por la Dirección Nacional de Ganadería.
 
“Allí pasé el susto más grande de mi vida. Los especialistas soviéticos proponían un sistema más económico, con menos conductoras de riego, de pastoreo dirigido y no de autopastoreo. Serían 21 cuartones en vez de 40, para vacas bajas, medias y altas, y secas en potencial productivo. Se haría una conductora de agua, con cuartones más amplios.
 
“Todo eso aconteció antes del diálogo con Fidel. Tuve que estudiar el proyecto de los soviéticos, y hasta hice consultas con muchos especialistas. Llegó el día de la reunión, y respondí a Chaos Piedra que los soviéticos tenían razón en sus ideas de pastoreos, con menor inversión y fácil manejo de los animales. ¨ ¿” Cómo? ¨, indicó el dirigente partidista. ¨Acaso lo que dice Fidel no sirve. Hay que explicárselo muy bien¨, precisó. De acuerdo, le contesté.
 
“Primero expusieron los soviéticos, y luego argumenté por qué se pasaba del autopastoreo al sistema dirigido. Antes hice una indagación práctica en vacas Holstein en El Tablón. Lo desarrollaron estudiantes universitarias Paula Taboada y María Emilia Cabrera, y tomamos el comportamiento de alimentación, de ordeño y de sombra, entre otros parámetros. Los cálculos eran exactos: los animales pastaban más de noche que de día por un problema de temperatura y los rendimientos eran superiores.
 
“Fidel precisó que lo mostrado hasta entonces por los ganaderos no servía. Aquello se puso feo. Milián Castro tiró una toalla salvadora, y aclaró en su dejo pausado: ¨Fidel, interpreta; lo que ellos están diciendo es verdad. Los soviéticos y el Médico tienen razón¨. El Comandante en Jefe caminaba de un lado al otro, y pensaba en voz alta, como para confirmar lo expuesto. De pronto aclaró: ¨Entonces los autorizo a que hagan eso en el Escambray nada más, y el resto del país no me lo toquen¨.
 
“Tomé notas de todas las orientaciones para hacer una vaquería diferente al resto del país. Incluso modificamos hasta la construcción, y ahorramos recursos materiales en tubos metálicos de las colleras prefabricadas al sustituirlas con pillas de concreto, tal como están ahora.
 
“Milián Castro, viejo sabio al fin, sentó un precedente con aquella intervención que, según lo proyectado, se extendió después a todo el país. Aquel susto de la reunión con Fidel no lo olvidaré jamás, y sus sueños ganaderos, hasta la división Político-Administrativa de 1976, se cumplieron en el Escambray”, aclaró por último Guzmán Pozo, quien dejó otros apuntes sobre el tintero del diálogo que sostuvimos aquellos días.