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Un comunicador absuelto por la historia

Fecha: 

20/02/2024

Fuente: 

Granma

Autor: 

¿De dónde viene la habilidad comunicativa de Fidel Castro? Esta fue la pregunta que se hizo el escritor y periodista español Ignacio Ramonet para vertebrar la conferencia Fidel, un genio de la comunicación, impartida ayer en el Memorial José Martí.
 
Para dar respuesta a la interrogante, Ramonet planteó una serie de elementos que influenciaron, de manera decisiva, la forma de expresarse del Comandante en Jefe. Entre estos elementos, está el vínculo que tuvo con los jesuitas, en el colegio de Belén, ya que esta orden se caracteriza por un gran desarrollo de la retórica.
 
Figura también el que mantuvo con la prensa escrita, cuando niño, y con la radio, siendo ya un joven. En este caso, Ramonet destacó cómo Fidel, con solo diez años de edad, leía el Diario de la Marina a los empleados de su padre.
 
Otro elemento que cita el periodista como definitorio en la identidad comunicativa del líder, fue su estrecha relación con el que se consideraba en su momento el mejor orador del país, Eduardo Chibás: «El programa de radio que tenía Chibás los domingos, que era conocido como Aldabonazo, no solo era una emisión en vivo, sino que se hacía en una sala llena de participantes, donde podían concurrir unas 70 u 80 personas, entre esas personas, siempre estuvo Fidel», recordó Ramonet.
 
Refiriéndose a un Fidel ya dedicado completamente a la vida política, el intelectual destacó la importancia que tuvo el asalto al cuartel Moncada, ya que da lugar a La historia me absolverá, pieza oratoria que es considerada la primera intervención del Fidel comunicador. El joven abogado hace una introducción histórica, económica, sociológica, documental y estadística de la sociedad cubana.
 
Durante la guerra, afirma el escritor, Fidel da muestras de exquisitas habilidades dentro del campo de la comunicación, la primera de ellas, la entrevista que organizara con el periodista estadounidense de The New York Times, Herbert Matthews –considerado uno de los más influyentes de su época–, con el objetivo de desmentir las noticias falsas circuladas por la tiranía acerca de su muerte. Otra de estas maniobras comunicativas fue el secuestro de Juan Manuel Fangio, en 1958, por parte de jóvenes del Movimiento 26 de Julio, lo cual hizo que toda la prensa internacional conociera lo que pasaba en la Isla.
 
Ramonet rememoró, además, las palabras de Gabriel García Márquez, cuando dijo de Fidel que: «empieza siempre con voz casi inaudible, con un rumbo incierto, pero aprovecha cualquier destello para ir ganando terreno, palmo a palmo, hasta que da una especie de gran zarpazo y se apodera de la audiencia.
 
«Fue un creador de política, como Picasso de pintura, y Beethoven de música. Lo que él hizo no se había hecho antes», concluyó el autor de Cien horas con Fidel.