Fidel
Soldado de las Ideas
En la tarde del 4 de septiembre de 1957, Julio Camacho Aguilera, Miguel Merino Márquez y Dionisio San Román –un alférez formado en la Academia Naval y licenciado por su oposición a la tiranía–, partieron desde La Habana en dirección a la provincia de Las Villas, con la orden de alzamiento nacional.
Fría por el clima, pero volcánica por la pasión y el sentimiento patriótico: así fue la noche de este 6 de enero en el parque Martí, de Cienfuegos, donde el pueblo rememoró cómo, 61 años atrás, Fidel entró aquí, en un alto en el camino de la Caravana de la Libertad.
La irrupción de Fidel Castro en la vida política de la primera mitad del siglo XX en Cuba fue un necesario alumbramiento histórico, entendido en su orgánica naturalidad, al repasarse el pasado colonial y neocolonial de la nación, junto al reclamo reivindicatorio constante de un pueblo que jamás había sido libre, para decirlo con las justas palabras de Mella.
Fidel, entre sus muchas virtudes, se convirtió en un experto en el razonamiento del modus operandi del imperialismo norteamericano, al cual combatió con cada fibra de su ser por haber aniquilado a millones de personas, despojado de recursos a continentes enteros, eliminado a líderes de vanguardia del Tercer Mundo, torpedeado la integración de los pueblos e impuesto a Cuba una despiadada e ininterrumpida guerra comercial, financiera, biológica, ideológica y cultural.
No pudo haber mejor homenaje a la gesta gloriosa del Moncada, en su aniversario 67, que la masiva movilización de todos los sectores de la sociedad hacia la que constituye hoy la primera prioridad para el país: la revitalización de la economía nacional.
Acontecimiento sagrado en sus vidas, a la gesta del Moncada dedicaron los santiagueros resultados significativos, como la siembra de 52 000 hectáreas de diversos cultivos y la terminación de más de 250 obras de beneficio a la población.
El levantamiento popular del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos fue fruto del valor ciudadano y en virtud de una conjugación de diferentes fuerzas proyectadas hacia una misma causa.
Revivir el paso de la Caravana de la libertad por territorios de la provincia este 7 de enero volvió a suscitar entusiasmo entre los matanceros. El afecto fue particularmente especial entre los más jóvenes, quienes se mostraron curiosos por conocer los detalles de aquella epopeya liderada por Fidel.
Es Salvador Allende una figura que marca una experiencia de lo que se debe y no se debe hacer en política, símbolo de la libertad cuya memoria no pudo hollar jamás la ensangrentada bota de aquellas bestias vestidas de verde.
A las 9 y 44 de la noche de este miércoles pasó frente a la sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular de Cienfuegos, en pleno corazón de la ciudad y lugar icónico de la presencia fidelista aquí en 1959, el cortejo fúnebre con las cenizas del líder histórico de la Revolución Cubana.