Citas

"Y sin inmutarnos por las amenazas, sin inmutarnos por las maniobras, recordando que un día nosotros fuimos 12 hombres solamente y que, comparada aquella fuerza nuestra con la fuerza de la tiranía, nuestra fuerza era tan pequeña y tan insignificante, que nadie habría creído posible resistir; sin embargo, nosotros creíamos que resistíamos entonces, como creemos hoy que resistimos a cualquier agresión".

Referencia al texto original: Palabras pronunciadas por el Comandante Fidel Castro Ruz, en las honras fúnebres de las víctimas de la explosión del barco La Coubre, en el cementerio Colón, el 5 de marzo de 1960.

“Si los mercenarios, y los saboteadores, y terroristas, y contrarrevolucionarios vendidos al imperialismo no escarmientan, que no esperen que la magnanimidad y la generosidad de la Revolución sea eterna; que la Revolución, con todo el derecho que le da el haber sido magnánima y el haber sido generosa, se sabrá enfrentar con mano firme y con mano cada vez más generosa, se sabrá enfrentar con mano firme y con mano cada vez más firme al enemigo, porque en la misma medida en que el pueblo tiene más conciencia revolucionaria, en la misma medida en que el pueblo tiene una idea más precisa de la justicia de la causa que defiende, es más grande la repugnancia, es mayor el odio y la repulsa hacia los contrarrevolucionarios”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la conmemoración del VIII Aniversario del ataque al Cuartel Moncada, 26 de julio de 1961

“Cuando los pueblos se vayan liberando de todas esas ataduras, del miedo que inspiran con su terror y sus crímenes las oligarquías, cuando ocurra en otros países hermanos de América Latina lo que ocurrió aquí, veremos qué pueden hacer los imperialistas.”

Referencia al texto original: Discurso en el acto conmemorativo del Octavo Aniversario del Combate de “El Uvero”, 28 de Mayo de 1965

“La CIA tuvo una participación directa en la destrucción del avión de Cubana en Barbados. Lo más repugnante de este caso es el empleo de mercenarios que por dinero son capaces de segar en unos segundos 73 preciosas vidas de personas indefensas, con las cuales incluso viajaron en el avión minutos antes”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de despedida de duelo de las víctimas del avión de cubana destruido en pleno vuelo el 6 de octubre, efectuado en la Plaza de la Revolución. 15 de octubre de 1976

“El imperialismo, el capitalismo, el fascismo, el neocolonialismo, el racismo, la brutal explotación del hombre por el hombre en todas sus formas y manifestaciones, se acercan al ocaso en la historia de la humanidad, y sus enloquecidos servidores lo saben; por eso sus reacciones son cada vez más desesperadas, más histéricas, más cínicas, más impotentes. Solo eso puede explicar crímenes tan repugnantes y absurdos como el de Barbados”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de despedida de duelo de las víctimas del avión de cubana destruido en pleno vuelo el 6 de octubre, efectuado en la Plaza de la Revolución

“No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!”

Referencia al texto original: Discurso en el acto de despedida de duelo de las víctimas del avión de cubana destruido en pleno vuelo, el 15 de Octubre de 1976

“Hay un campo, sin embargo, en que los pueblos se pueden resarcir de heridas tan profundas. Y hay un castigo para los contrarrevolucionarios peor que todos los demás castigos, y es la propia Revolución, sus esfuerzos, sus éxitos, su marcha victoriosa. Hay un castigo para los criminales mayor que ningún otro, y es cuando el crimen que pensaron convertir en un arma para desalentar al pueblo, para atemorizar al pueblo, se convierte en energía para el pueblo, en fuerza para el pueblo, y en la multiplicación del valor del pueblo. Hay un castigo al que no se resignarán jamás: la derrota de sus ideas”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la Inauguración de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) de la provincia La Habana. 6 de octubre de 1977