Entrevistas

Entrevista de prensa en el lobby del hotel Porto Palacio, en Portugal

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Periodista.- Tenemos mucho interés en saber su punto de vista sobre esta cumbre.

Fidel Castro.- Oye, es una enciclopedia lo que hace falta para explicar los puntos de vista sobre la globalización.

Periodista.- Cuba tiene una actitud distinta a los demás, diferente, porque es el único país no capitalista en esta cumbre.

Fidel Castro.- Que es un privilegio en este momento.

Periodista.-
Comandante, ¿cómo usted valora las palabras del Presidente de Nicaragua sobre la cumbre en Cuba? Dijo que no va a Cuba.

Fidel Castro.- Bueno, él está invitado y estará siempre invitado; tiene derecho a ir a Cuba.

Periodista.-
Comandante, sobre la repercusión que ha tenido la votación en ONU, ¿nuevamente es una condena al bloqueo?

Fidel Castro.- Por lo que he podido leer hasta ahora, porque ocurrió muy recientemente, parece que es bastante amplia la repercusión.

Periodista.- Se comenta ya que la Declaración de Oporto también va a tener un párrafo de condena al bloqueo y a la Ley Helms-Burton.

Fidel Castro.- Tú debes saberlo mejor que yo, porque tú estás aquí y seguramente has podido hacer contacto con los cancilleres.

Periodista.- ¿Pero puede Estados Unidos seguir desconociendo el reclamo internacional de que cese el bloqueo?

Fidel Castro.- Poder puede, pero tiene siempre su precio; tiene el precio para el prestigio del país, el precio político. Lleva siete años, lleva mucho tiempo desconociéndolo, pero es una cosa muy evidente la gran diferencia de votos. Son todos los votos, 157 contra 0 votos. Bueno, descuenta el de Cuba, 156; descuenta el de Estados Unidos, ya es 1; analiza los vínculos tan estrechos de intereses de tipo económico, político y militar entre Israel y Estados Unidos, y entonces tenemos 0 votos contra 156.

Periodista.- ¿No le preocupa que el Presidente de Nicaragua no quiera ir a Cuba, ni quiera ir a la cumbre en Cuba?

Fidel Castro.- Pero, ¿por qué? Nosotros deseamos que vaya.

Periodista.- Dice que no quiere ir a un país que no sea democrático.

Fidel Castro.- ¡Ah, figúrate!, entonces tendrá que buscarse en otro planeta un país democrático.

Periodista.- Comandante, ¿qué lo anima en esta cumbre, qué ilusiones tiene con esta cumbre?

Fidel Castro.- Las ilusiones de poder conocer a los portugueses, de saludarlos, de escuchar mucho, que es la intención que tengo, oír y conocer los puntos de vista. Me interesa mucho cómo piensa todo el mundo, los políticos, los estadistas, en este especialísimo minuto que está viviendo la humanidad, porque ahora estamos viviendo un minuto sobre el cual hace mucho rato que estamos hablando.

Entonces no sé si es que estamos llegando al fin de la historia, por lo menos, de ese idílico capitalismo; no sé si estamos llegando al fin de este Orden Económico Mundial que nos han impuesto. Es muy interesante saber... Pero, ¿tú eres nicaragüense, naciste allí o de dónde eres? Porque no haces más que hablarme de Nicaragua. Conocemos a los nicaragüenses y queremos muchísimo a los nicaragüenses y a todo el mundo; pero veo que en la cabeza nada más que tienes a Nicaragua, nuestro hermano y querido país de Nicaragua.

Periodista.- No, no, voy a hablar de otra cosa. ¿Qué se espera de la cumbre de Cuba? ¿Está planeando ya la cumbre de Cuba, lo que espera? ¿Cuáles son los temas que desea?

Fidel Castro.- ¡Ah!, pero tú quieres saber demasiadas cosas y demasiado temprano. Debes comprender que sobre los temas, en cierta forma, puedo tener alguna idea, pero debemos intercambiar opiniones, criterios. A lo mejor tenemos alguna idea y otros colegas nuestros piensan diferente y nos aconsejan que en vez de tal tema sea otro. Desde luego, en este momento el tema número uno, el fundamental —no lo digo yo, lo dice Clinton, lo dicen los dirigentes políticos del mundo—, es la crisis económica que se está desarrollando, para la cual nadie tiene todavía solución. Es el problema clave, según sus propias palabras.

Yo venía leyendo o releyendo, puede decirse, el discurso de Clinton el 14 de septiembre en el Consejo de Relaciones Exteriores, muy interesante; también tengo noticias —lo voy a leer con más calma esta tarde— de su discurso del día 5 de octubre en la reunión del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y dirigentes del Grupo de los 7, habló dos veces, lo conozco por cable. Recogí también el texto del discurso del Director del Banco Mundial, del discurso del Director del Fondo Monetario Internacional; hay incluso un discursito —digo discursito porque es breve— de Blair, primer ministro de Gran Bretaña. Estoy escuchando con mucho interés lo que todo el mundo dice.

Periodista.- Comandante, pero los cables también dicen que no existe consenso; que ni el Fondo Monetario Internacional, ni el Banco Mundial están ofreciendo fórmulas efectivas para contener la crisis.

Fidel Castro.- Claro, yo tengo idea de lo que van a hacer, puesto que hablé el 28 de septiembre y algunas cosas que yo dije ese día las vi en el discurso de Clinton el 5 de octubre sobre más o menos fórmulas para resolver, y estuve leyendo muy distintas fórmulas que se están planteando. Hasta en el avión leí un artículo —eso me lo habían entregado unos minutos antes por Internet— de Galbraith, del 14 de octubre creo que es, muy interesante.

Periodista.-
¿Cómo cree usted que la propia crisis de Clinton pueda afectar esta crisis económica?

Fidel Castro.- No, yo creo que una cosa compensa la otra, porque los problemas son tan preocupantes… Creo que él tiene conciencia de los problemas económicos que está viviendo el mundo y está sinceramente preocupado.

Periodista.- Pero su liderazgo está cuestionado en este momento. El presidente Clinton está siendo enjuiciado por su propio Congreso en momentos de una crisis económica global importante.

Fidel Castro.-
Sí, pero yo ayer estuve leyendo unos cables con noticias sobre unas encuestas y decían que la popularidad de Clinton había crecido, que el número de personas que lo estaban apoyando era mayor y que estaba perfectamente bien. Desde luego, creo que lo comprenderá Clinton y todo Estados Unidos, que la crisis económica es un problema mucho más serio que cualquier otro problema, tanto para Estados Unidos como para Clinton. Entonces pienso que el apoyo que ha tenido Clinton, en grado importante, ha sido favorecido por índices favorables de la economía de Estados Unidos; es decir, el mínimo de desempleo, el mínimo de inflación, todas esas cosas de las que se habla. Ha tenido hasta ahora un buen ritmo de crecimiento, por lo menos en el segundo

trimestre ha sido bastante alto, alrededor del 4%, pero ya está bajando. Hoy ha estado todo el mundo observando y él ha expresado una gran preocupación en relación con la posibilidad de que esta crisis se extienda por Suramérica. Yo he dicho con mucha claridad que hay que tratar de evitar a toda costa que se extienda, porque eso puede afectar mucho la economía de Estados Unidos.

Periodista.-
¿Y a la cubana?

Fidel Castro.-
No, a la cubana no le puede afectar nada; ya la crisis no nos puede afectar. Llevamos 40 años de bloqueo, no tenemos nada que ver con el Fondo Monetario Internacional, ni con el Banco Mundial, ni con el Banco Interamericano de Desarrollo, ni con ninguna de esas instituciones. Es cierto que teníamos a la Unión Soviética, pero no existe ahora la Unión Soviética; llevamos unos cuantos años sin todo aquello y sin la Unión Soviética. Antes todo el mundo venía a darnos consejos a nosotros. Estamos agradecidísimos de esos consejos, pero tan agradecidos que estaríamos dispuestos, incluso, a retribuir esa buena voluntad haciéndoles algunas sugerencias a muchos de aquellos que nos daban consejos.

Periodista.- ¿A él? Ejemplos...

Fidel Castro.-
En otro momento, me parece que con un poco más de tiempo, ya habría que relacionarlo más, pero nosotros por lo menos lo hemos planteado en la OMC. Eso que fue el 19 de mayo, y no había crisis el 19 de mayo, todo el mundo estaba muy feliz allí en la OMC, era un futuro brillante, la economía de Estados Unidos estaba extraordinariamente bien, los valores de las acciones creciendo. Bueno, hasta tú te has beneficiado de esa situación, que seguramente que te han pagado un poquito de mejor salario.

Periodista.-
Pero bajaron mis acciones.

Fidel Castro.-
Claro, pero es más fácil que bajen las acciones que bajar los salarios, porque las acciones no protestan, los trabajadores sí protestan.

Periodista.-
Comandante, ¿pero los miles de millones de pobres que existen en el mundo pueden seguir esperando?

Fidel Castro.- Yo terminé el discurso en la OMC diciendo que, entre los tantos temas, sería bueno añadir otro: Crisis económica globalizada, ¿qué hacer? Eso está en el discurso del 19 de mayo, que no había habido crisis todavía en Rusia, no se había agravado la situación en el sudeste asiático, no había amenazas para la economía suramericana y brasileña. Eso fue el 19 de mayo, porque el gran susto tiene lugar alrededor del 28 de agosto, cuando se producen las noticias de Rusia, y el gran asombro porque no se estimaba que un país de tan poco peso en la economía mundial, un 2% pudiera originar consecuencias que afectaran incluso los índices Dow Jones. Era fuerte. Llegó a todas partes, llegó a México, llegó a Suramérica, las bolsas de Suramérica se redujeron casi a la mitad. Eso fue el 28 de agosto, cuando se anunció que iban a ampliar la banda de cambio del rublo con el dólar y corrió todo el mundo a los bancos a cambiar, y, cuando ya no pudieron cambiar en los bancos, corrieron para las tiendas a comprar todo lo que había. En una economía globalizada, el pánico se extendió rápidamente.

Ahora, yo hablé con los estudiantes de las facultades universitarias de República Dominicana el 18 de ese mes de agosto, 10 días antes en un discursito un poquito largo, que cabe en un folletico así (Señala), y hablaba de la situación sumamente crítica y realmente insostenible, que iba a venir una crisis en Rusia. Así que el 19 de mayo, en la OMC, y el 18 de agosto, más o menos, tendría que precisar, en Santo Domingo, en la llamada Conferencia Magistral —les dio por llamarla así, por cortesía y amabilidad, fue una conversación con ellos—, fui planteando todos esos problemas. El 28 de septiembre planteé la idea de que había que evitar la crisis en Brasil y en Suramérica y, además, que había que salvar a Rusia. Sospechaba que Estados Unidos se iba a atrincherar en Brasil y en Suramérica y que daba por perdida ya la situación en Rusia como algo irremediable, porque algunos pensaban que el dinero iba a entrar por un lado y salir por el otro y no tardaría mucho en llegar a la tesorería de Estados Unidos.

Entonces, yo sugería que no se olvidaran de Rusia, no por razones estrictamente económicas, sino también políticas, incluso de seguridad y de paz. Rusia es un país que tiene una crisis económica seria, una explosión en ese país puede provocar un desastre inimaginable. No se le puede estrangular, no se puede apretar tanto. Dije: No aprieten tanto, no estrangulen a Rusia ni permitan que la crisis se extienda a Suramérica.

Casi se puede sacar la cuenta de lo que costaría que no se extendiera a Suramérica.

Periodista.-
¿Cuál es su mayor preocupación en este sentido? ¿Cuál es su preocupación en torno a esta extensión de la crisis hacia Suramérica y a que se siga apretando en el caso de Rusia?

Fidel Castro.- Si se extiende a Suramérica se extiende inevitablemente a Estados Unidos, por varias razones: Primero, una tercera parte de las exportaciones de Estados Unidos van para América del Sur. Segundo, la mayor parte de los préstamos exteriores proceden de Estados Unidos; los bancos de Estados Unidos están mucho más comprometidos en Suramérica que en cualquier parte. En Rusia los bancos están más comprometidos con los europeos, y entre los europeos fundamentalmente con los alemanes.

Sin embargo, aquello produjo efectos, aquello es la tercera parte del comercio, inversiones importantes y los fondos de los bancos que están invertidos en Suramérica. De modo que el pánico ese ... casi nada más hay pánicos … Falta eso para que se extienda también a Estados Unidos.

Nosotros estamos observando qué consecuencias trae, afecta a todo el mundo. Lo mejor sería que se encontraran soluciones a los problemas sin crisis y sin sufrimiento para miles de millones de personas.

Periodista.-
Afectaría también a Cuba por el turismo, por el petróleo.

Fidel Castro.- Pero nos afecta en un grado mucho menor, mucho menor que lo que afecta a otros países. Un país bloqueado, está sufriendo y viviendo en condiciones iguales a las que produce la peor crisis, no podemos importar ni exportar en esas condiciones ni recibir créditos de ningún organismo internacional. Nosotros estamos bajo una guerra económica, y una guerra económica es algo mucho más duro que cualquier crisis global. Se ha demostrado, sin embargo, que el país resiste una guerra económica. Entonces, el país resiste ese aislamiento, sin posibilidades de que el Banco Mundial nos dé un crédito a largo plazo, con bajos intereses, frente a un huracán; sin posibilidades de que el Banco Interamericano de Desarrollo nos dé créditos tampoco para infraestructura, inversiones directas. No lo tenemos, no lo teníamos antes; lo que tenemos ahora es una guerra económica. Eso es peor que una crisis, pero nosotros estamos en mejores condiciones para resistirla, porque lo hemos demostrado; hay que ver si los demás están en las mismas condiciones de resistir.

Periodista.- Comandante, en ese sentido, ¿cómo ve la formación de una comisión para que revise la política de Estados Unidos hacia Cuba?

Fidel Castro.-
Bueno, estoy recibiendo noticias. Me llamó mucho la atención, resulta muy interesante.

Tengo un artículo ahí sobre eso que debo leer con más detalle. He leído los cables. Da la casualidad de que se produce antes de la votación en las Naciones Unidas. Esa idea se anuncia ayer, debe haberse constituido posiblemente a lo largo de una semana o dos semanas, aproximadamente. Pero da la casualidad que coinciden las noticias: la idea de una comisión bipartidista para discutir —como dijo alguien, creo que Kissinger— con objetividad y racionalidad la política con relación a Cuba, y ese mismo día, a las 12:00 del día, aparece la noticia de la votación en Naciones Unidas. Han coincidido las dos, independientemente una de otra.

Periodista.-
Comandante, ¿le gustaría encontrarse con el escritor Premio Nobel José Saramago?

Fidel Castro.- Ya hablé en el aeropuerto de que una de las cosas que me satisfacía mucho era la posibilidad de felicitar, en primer lugar, a los portugueses por ese Premio Nobel. Les hablé de un artículo de Benedetti que vi también en el avión, porque por lo menos en el avión utilicé dos horas; no dormí, pero conversé, tenía tiempo hoy para leer un poco. Benedetti ha hecho un bello artículo sobre este premio Nobel. Comentó cómo lo conoció en Sevilla una vez, lo que hablaron, de cuántos temas, en fin, un bello artículo de Benedetti sobre esto. Creo que él va a estar aquí en Oporto mañana. Mañana tendré la oportunidad de saludarlo; le envié un cable. Esa es muy buena noticia también, que un hombre tan honrado, tan firme, y tan consecuente...

Periodista.- ¿Se siente seguro en Portugal?

Fidel Castro.- En Portugal me siento seguro más que en ninguna otra parte.

Periodista.-
¿Cuándo va a haber elecciones pluripartidistas en Cuba?

Fidel Castro.- Nosotros tenemos elecciones millonipartidarias, porque en nuestro país las proposiciones de los candidatos las hacen los ciudadanos desde la base. Mientras ustedes tienen, digamos, dos partidos, tres, cuatro, diez, millones de partidos, nosotros tenemos al pueblo unido, organizado, porque aunque tenemos un partido, ese partido no postula candidatos.

Periodista.- ¿Cuántos partidos hay en Cuba?

Fidel Castro.- Millones, cada ciudadano es un partido en nuestro país, porque se reúnen en asamblea y proponen, y escogen a los candidatos y después los eligen.

Periodista.- ¿Pero para la presidencia?

Fidel Castro.- Para la presidencia es el mismo procedimiento. A mí no me postula el Partido para presidente ni para ningún cargo. El Partido no postula a la gente, es una comisión de candidatura y no constituida por el partido, constituida por las organizaciones de masa, donde están los CDR que comprenden el 91% de la población, millones de mujeres, millones de trabajadores, los campesinos —no digo millones porque no son tantos campesinos—, los estudiantes. Es decir que nuestras organizaciones de masa son las que proponen las candidaturas para delegados provinciales, miembros de las asambleas provinciales, a diputados para la Asamblea Nacional; para los cargos en el Consejo de Estado se hacen las proposiciones a la Asamblea Nacional.

Pero creo que habría que tomarse alguna molestia de estudiar cómo hacemos las cosas en Cuba. Nosotros aún no estamos satisfechos, porque lo importante es el principio del consenso y de la unidad. Hemos ideado una fórmula que mantiene el consenso, la unidad del pueblo, no lo fragmenta, y de participación plena de todo el pueblo en nuestro proceso electoral. Te recomiendo —sé que tú eres una muchacha inteligente— que estudies algo sobre eso.

Periodista.- Comandante, ¿la crisis puede mantener los sistemas democráticos, no afectaría la capacidad de gobernabilidad de los pueblos?

Fidel Castro.- Todo el mundo sabe que produce inestabilidad, y de la inestabilidad se puede esperar cualquier cosa. Algunos han recordado que la inestabilidad de Europa, después de la Segunda Guerra Mundial, dio origen a tendencias muy nacionalistas, muy fuertes; hay quienes aseguran que la gran crisis, la gran inflación, por ejemplo, en Alemania ayudó mucho, creó el caldo de cultivo más propicio para el surgimiento del nacionalismo y el fascismo. Entonces, las crisis económicas traen inestabilidad, en el mundo hay bastante inestabilidad.

Yo tengo el hábito de leer los cables todos los días, todas las noticias, porque de todas partes del mundo llegan noticias de conflictos y de problemas. Eso hay que esperarlo.

En cualquier lugar que ocurra un conflicto es doloroso, ¡ah!, bueno, un conflicto como ese es serio, es grande. Ha habido conflictos como resultado de la crisis económica; cambios de gobierno se han producido en Corea del Sur, no han sido violentos, no han sido traumáticos; cambios de gobierno también en Japón. Pero hay situaciones en que las crisis pueden traer problemas mucho más serios con un cambio de gobierno. Un ejemplo típico típico es Rusia, pero puede haberlo en muchos lugares. Por eso una de las cosas importantes que se plantean es que haya un cierto consenso entre las organizaciones, entre las fuerzas políticas de cada país para enfrentar una crisis. En condiciones de división y de conflictos es imposible. Bueno, hasta unas elecciones influyen. A veces hay que tomar una medida, pero hay una elección por delante, y la medida resulta impopular; a veces hay que establecer impuestos fuertes, y estoy hablando dentro de la lógica de la economía capitalista, no estoy hablando dentro de la lógica de una economía socialista; estoy hablando de una economía muy entrelazada internacionalmente, una economía globalizada, neoliberal, bajo el principio neoliberal.

Mira, cualquier cosa produce un cambio de gobierno; incluso en Italia una discrepancia sobre el presupuesto, puede estar asociada a la cantidad de recursos que se apliquen, digamos, a la salud o a la seguridad social. La opción que hay que tomar entre garantizar esos servicios al pueblo o reducir los presupuestos a los parámetros establecidos para aplicar el Euro de 3,5 ó 4, ya son expresiones de esta situación económica.

En Italia ya han producido una crisis, ha producido un cambio de gobierno. No hubo explosión en Italia ni en los países más ricos; no, y Europa no ha sido afectada todavía prácticamente, ni en un grado mucho menor los países más ricos; pero hay cambio de gobierno por problemas de tipo económico. Se ha dividido la coalición de Prodi por cuestiones presupuestales; ya produjo un cambio de gobierno: la caída de las acciones, la devaluación de la moneda, el desempleo desatado tienen consecuencias políticas.

En Europa hay dos cuestiones que se debaten mucho; qué es más importante, si combatir el desempleo o impedir la inflación; si bajar la tasa de interés o subir la tasa de interés. Entonces, la reducción de la tasa de interés la está demandando todo el mundo como una medida anticrisis. Pero, por ejemplo, en el discurso de Clinton se declara —él lo dijo así el día 14 de septiembre— que era mucho más importante combatir la recesión que la inflación.

Hasta este momento los criterios que estaban prevaleciendo eran antinflacionarios. En cuatro semanas, se puede decir, cambió el criterio del sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, donde una mayoría era partidaria, porque creía que estaba llegando el momento ya, de elevar la tasa de interés para ver si enfriaban un poco la economía, si frenaban un poco la inflación debido al precio de las acciones. Es lo que estaban pensando como conveniencia.

Entre el 15 y el 20 de agosto ellos estaban pensando así; sin embargo, Clinton habla el 14 de septiembre y ya tiene otro criterio; un mes antes el criterio era absolutamente opuesto, y la decisión esa la toman después de la crisis rusa, es decir que es más o menos después del 28 de agosto. Clinton habla el 14, han tenido dos semanas realmente para cambiar de un criterio favorable a subir la tasa de interés, a un criterio decididamente favorable a bajar la tasa de interés; pero se habla de una reducción coordinada de la tasa de interés.

España lo hizo por su cuenta, tuvo efecto, un 0,5% bajó España; tuvo efecto hasta en las bolsas de Europa. Pero los alemanes son muy renuentes —seguramente todavía tienen el trauma de la inflación colosal aquella después de la Segunda Guerra Mundial—, son muy opuestos a toda reducción de la tasa de interés que, por lo demás, es más baja la tasa de interés en Alemania que en Estados Unidos.

Clinton habla, en realidad, de una reducción ordenada y coordinada de la tasa de interés; pero dice claramente que el peligro fundamental en este momento no es la inflación, sino la recesión. Así que en dos semanas se ha cambiado radicalmente de punto de vista. Demuestra hasta qué punto los acontecimientos no han sido previstos y hasta qué punto se están improvisando soluciones.

Periodista.-
Comandante, para redondear el tema anterior…

Fidel Castro.- Tú me decías que querías conversar conmigo un momento. Si me preguntas mucho ahora…

Periodista.- ¡Ah!, bueno, ya, entonces no le pregunto nada más (Risas).

Fidel Castro.- Pero ya has cogido algo. Yo puedo tener más argumentos.

Periodista.- Está bien, pero es un compromiso ya (Risas).

Fidel Castro.- Como tú quieras (Risas).

Periodista.- Es la más privilegiada aquí. (Dice otra periodista)

Fidel Castro.- Sí, pero ella tiene una ventaja, anda con la CNN.

Periodista.- Exacto.

Periodista.- Yo hice dos preguntitas chiquitas, así que me las deja para después.

Fidel Castro.- La CNN tiene no se sabe cuántos satélites y divulga instantáneamente todo, hasta las guerras las divulgan en vivo y en directo. Y tú, desgraciadamente, para ti y para nosotros, tendrás ahora que buscar si tienes algo por televisión, cómo te consigues un espacio en un satélite, a qué hora para poder trasmitir a Cuba. Y ella tiene 40 satélites.

Periodista.- Tengo un satélite a las 4:30, hora de La Habana.

Fidel Castro.- Tener muchos satélites es un privilegio, geopolítico, una palabrita que empieza a usarse.

Periodista.- Yo no voy a hacer la pregunta, la va a hacer el colega (Risas).

Fidel Castro.- Las más difíciles son las de él. No, no es él; es el otro.

Periodista.- Es el otro, el del pelo rojo, el que estaba hablando de Nicaragua.

Fidel Castro.-
El otro se fue. ¿Es socio tuyo?

Periodista.- El es radicado en Cuba, de France Press, de los cables que a usted le gustan tanto.

Fidel Castro.- ¡Ah!, pero es famoso, yo leo los cables de ustedes siempre.

Periodista.-
Soy de La Habana.

Fidel Castro.- Eres de La Habana. ¿Cómo te llamas tú?

Periodista.- Gerardo Tena.

Fidel Castro.-
Sí, ya he leído unos cuantos cables tuyos en estos días.

Periodista.-
¿Va a salir una propuesta de Iberoamérica para enfrentar la crisis financiera y económica? ¿Usted lo considera así?

Fidel Castro.- Bueno, vamos a discutir eso. Fíjate que hay una idea que me parece razonable: que en vez de la colección de discursos que cada uno elabora desde su casa y que todos los jefes de gobierno tienen que imaginar un público delante…

Me pasó eso cuando iba para Sudáfrica, que me dijeron que tenía que ser escrito el discurso, y yo estaba a 10 000 metros de altura y a miles de millas, y entonces quería imaginarme aquel Parlamento. ¿Y cómo yo inventaba un discurso? Decía que era como escribir una carta a una novia que yo no sabía qué deseaba, ni qué le interesaba, y ni siquiera qué rostro tenía.

Aquí también muchos discursos son así: Tú escribes tu discurso, y entonces allá en tu país a veces lo haces por tu cuenta, a veces te ayudan otros. Yo, como regla, suelo tomarme el trabajo de hacer las cosas: cojo una libretica, como hay que hablar cinco o siete minutos, con una letrica chiquita, ¡ra, ra!; si estoy más o menos bien inspirado sale de corrido; si no, sale no tan bien. A veces, en un momento determinado, lo dicto y después lo reviso. Esos son los discursos escritos, breves. Los largos los pronuncio y también los reviso después, porque cuando tú estás hablando en una asamblea o en un acto y señalas para un lugar, los que están oyendo en la calle no saben qué señal es esa; y cuando tú dices "tú", tú sabes quien es "tú"; los que lo leen no.

Hay dos lenguajes: uno escrito y otro hablado. Tú hablas con el tono de la voz, repites una palabra. Hay muchas cosas que son diferentes entre el lenguaje hablado y el escrito. Cuando tú revisas un discurso, un adjetivo no te gusta, lo cambias de lugar; una idea no queda suficientemente completa, un punto suspensivo natural, que allí en el clima de la conversación tú haces hasta una seña, introduces ahí una incidental y después tienes que volver a esa idea que está atrás, y no resulta fácil. Todo eso escrito es diferente. Tú lo más que puedes poner en el escrito es una admiración y nada más, no hay tono, ni hay expresión. Es muy diferente el lenguaje hablado del lenguaje escrito. Yo también los reviso.

Pero, a lo que iba: Es mejor la idea de los portugueses, que se sienten todos y le den la palabra al que quiera hablar; y el que tenga algo que decir, que lo diga.

Periodista.- ¿Usted espera un buen debate aquí?

Fidel Castro.- Debate, análisis, intercambio de opiniones.

Yo vi, por ejemplo, en Santo Domingo uno muy interesante, porque los caribeños tienen mucha experiencia. El sistema de ellos es un sistema parlamentario. A la gente la eligen por la circunscripción; entonces el individuo adquiere experiencia comunicativa desde la circunscripción; después se bate en el Parlamento constantemente y después tiene que ser un miembro del Parlamento que por mayoría lo elige. Y yo veo en una reunión de dirigentes caribeños que tienen una gran capacidad de comunicación, una gran capacidad de debate.

Pero hay una cosa que me ha llamado la atención: que la escuela de ellos es la circunscripción y el Parlamento, y cuando se reúnen sus líderes es impresionante su capacidad de expresarse. Y, además, tienen otra ventaja que he podido observar: Para estar allí ocupando el cargo de Premier, tienen que tener la mayoría en el Parlamento; no pasa, por ejemplo, en países como Estados Unidos: En Estados Unidos puede estar en mayoría en el Congreso y el Ejecutivo estar en minoría. No se puede dar en una isla caribeña el caso de que el primer ministro no tenga la mayoría parlamentaria. Llega con bastante autoridad y tiene una gran experiencia.

Yo vi unas discusiones excelentes en Santo Domingo, en esa reunión del CARICOM con algunos invitados de la Asociación de Estados del Caribe. Cuba estaba invitada a esa reunión del CARICOM. Pero creo que Santo Domingo tampoco está en el CARICOM todavía, ¿no?, lo que hicieron fue un acuerdo de comercio, un acuerdo comercial. Haití sí está dentro de los países del CARICOM.

Va a ser una discusión excelente, creo que va a ser fructífera; porque hay gente con mucho conocimiento. Me interesa muchísimo qué opina Cardoso sobre el cuadro de él, cómo lo ve todo, porque en su país está centrada la atención en este momento en eso; qué opinan los presidentes de otros países; qué opina México, con una situación distinta a la de Brasil, muy interesante; algunos dirigentes son nuevos, como es el caso de Pastrana en Colombia.

Es muy interesante escuchar también qué opinan unos cuantos dirigentes más: qué opina Fujimori, qué opinan los uruguayos; me imagino que el de Paraguay también opine, el de Bolivia, el de Venezuela.

Periodista.- ¿Y Brasil?

Fidel Castro.-
Brasil, yo empecé por ahí, gente muy interesante. Ellos deben haber meditado mucho sobre todo esto.

Esos análisis van a ser de interés. Creo que va a ser fructífero ese sistema de debate sin discurso previo escrito. Hay uno por el día --tengo entendido-- mañana, público; pero creo que es sin prensa, es con invitados.

Periodista.-
¿Hay una conferencia de prensa?

Fidel Castro.- Hay una conferencia de prensa después. Por la tarde son solo los jefes de Gobierno y de Estado los que están allí, y se habla todavía más libremente.

Por mi experiencia, la reunión pública, con la presencia de la prensa la cosa es más difícil; estamos mucho más presionados, uno tiene que ser mucho más cuidadoso en expresar los puntos de vista, por las repercusiones, más en temas económicos; porque en temas económicos, y según el Fondo Monetario, hay que mentir, hay que decir: Todo está muy bien, aunque no lo crean, aunque hayan comentado con otro que la cosa está muy mal.

Cada vez que baja un poco la bolsa en Estados Unidos, el primero que sale es Greenspan a decir que todo está muy bien, excelente; Rubin es de la Tesorería, que todos los índices son favorables, excelentes; Clinton, todos los índices excelentes. Hay que crear optimismo, porque optimismo es una especie de antihistamínico. Llamemos exceso de histamina; o falta de histamina; el pánico es más bien una falta de histamina; pero vamos a conceptuarlo como algo así.

Periodista.- Hay que tener miedo cuando hable bien entonces.

Fidel Castro.- Mucho pánico; hay que buscar un antipánico, y el antipánico es crear confianza, y de qué manera, porque el pánico es la fragilidad de esa economía, es la fragilidad del sistema, es la fragilidad de un sistema que crea riquezas de tipo psicológica, esperanzas de que van a subir y pago y compro y compro acciones, y mientras más compro más suben, y mientras más suben más rico soy yo. No tiene nada que ver con la economía real.

Eso es de una forma ya más indirecta, porque entonces, si tiene acciones, moviliza préstamos, créditos, gasta más; porque si tú tienes 100 000 dólares y te enteras que en poco tiempo tienes, al otro año, 200 000, entonces tu automóvil de 15 000 lo cambias por uno de 30 000.

Periodista.- ¡Qué va, Comandante!

Fidel Castro.-
Pero, más o menos. Bueno, ponle 6 000, están bajando los precios de los automóviles, de todo, de los productos básicos; es un síntoma de crisis igual que la de 1929; pero compra todo el mundo, es un mercado interno grande, aumenta la demanda, aumenta la producción, aumenta el empleo; consumen pero están consumiendo con el dinero que se ha creado a base de esperanzas, de perspectivas. Eso es inducido también, esas esperanzas son inducidas, no son absolutamente espontáneas; mucha publicidad, mucha inducción, entonces el que tiene su dinerito dice: caramba, este gran negocio no me lo pierdo; pero mientras más demandan acciones, más sube el valor de las acciones y más se incrementan las riquezas de aquellos que tienen acciones. Así es como Bill Gate ha llegado a los cincuenta y pico mil millones, no porque hizo tantas fábricas más de computadoras o de programas, sino porque tiene las acciones de una empresa con muchas perspectivas, porvenir. No se fijan ya tanto en las ganancias.

En los últimos tiempos las ganancias de las empresas han sido relativamente altas, alrededor del 20% --tengo entendido, si no estoy equivocado--, pero los dividendos de las acciones eran muy pequeñitos: un 5% ó 6%; la ganancia real estaba en el incremento del valor de las acciones.

Por eso, el remedio del Fondo Monetario Internacional es mentir, o cuando menos, callar todo lo que pueda callarse; porque todo lo que se supo después de lo que estaba ocurriendo en algunos países del sudeste asiático se dijo después y el Fondo admitió que lo sabía todo, pero que no podía plantearlo porque eso ayudaba a la crisis, creaba pánico, etcétera. Es decir, por definición, el Fondo Monetario está obligado a mentir o a callar la verdad de cosas terribles que están pasando; y entonces, cuando explotan dice: Yo le avisé hace un año, hablé, dije, conversé. Así, por definición, tiene que acudir a la mentira.

Por eso en estos temas económicos los mismos dirigentes tienen que tener cuidado, hasta cuando se quedan solos; porque yo creo que cuando se quedan solos con su mujer, deben también tener cuidado, no vaya a ser que se cometa una indiscreción en la peluquería (Risas).

De todas maneras, te digo que yo veo que se expresan con mucha más libertad los dirigentes en las reuniones cerradas en las que nada más están ellos; es una experiencia que he adquirido en estas cumbres. Entonces, hay un discurso público y no hay otro discurso, y yo me alegro que sea así, que la gente debata más espontáneamente. ¿Por qué darle cinco o seis minutos a todo el mundo, si a lo mejor algunos necesitan diez o quince? Si Cardoso va a hablar ahí media hora, yo estaría encantado de que Cardoso hablara media hora, aunque yo no hablara nada, porque él tiene más que decir, lo que piensa, todo, allí es donde más amenaza ahora la crisis. Y, por ejemplo, un intercambio de opiniones entre México y Brasil sería muy interesante en estas circunstancias; como la participación de Argentina también, qué piensan los argentinos sobre la situación, qué estabilidad tienen, cómo los puede afectar una crisis; o los demás, o Fujimori, o Venezuela, porque hay muchos países que tienen algunas dificultades. Eso es más espontáneo, y aunque más cuidadosos que si están solos, cuando están solos hablan con más libertad.

Pienso que va a ser útil este método; claro, que hay muy poco tiempo realmente.

A mí de las reuniones estas y de las visitas, lo que menos me gusta son los protocolos: porque un banquete a tal hora, una comida por la noche, el otro al otro día; entonces, el tiempo que queda neto para discutir, es poco.

Nosotros vamos a tener una reunión en enero de economistas, fundamentalmente, allí hay que estar temprano, reunión por la mañana. Allí no va a empezar aquello con una guitarrita, ni una musiquita, ni con una canción, ni nada de eso, allí empieza, se sienta todo el mundo, y alguien que está presidiendo allí, le da la palabra a alguien. Nada, ni se canta una canción, ni un himno siquiera. Bueno, a no ser que sea La Internacional, porque la reunión es internacional, pero van a estar allí de todas las escuelas. Hay cinco días: mañana, tarde y noche de trabajo. Nada de ceremonias, nada de banquetes.

Yo estuve ahora en Sudáfrica, en la reunión de los No Alineados, y después de visita de estado, y en dos lugares me ha tocado lo mismo: en Sudáfrica y en República Dominicana. He subido alfombras rojas constantemente, kilómetros de alfombras rojas; he visto soldados de uniformes vistosísimos todos, ceremonias maravillosas, pero el tiempo que queda para discutir no es mucho.

Periodista.-
Por eso usted no duerme en estas reuniones, ¿verdad? Muchos bilaterales tiene.

Fidel Castro.- Bueno, he echado a veces mis pestañacitos, pero suelo cuidarme. Si hay reunión por la tarde, a lo mejor almuerzo bien ligero. ¿Qué hago yo con una comida al mediodía con muchos platos excelentes? Hay que comer ligero para que no se vaya a juntar la falta de sueño con la digestión, porque en todos esos días el tiempo de descanso es poco, dos horas y media o tres de sueño cada día, y avión para acá y avión para allá. Ahora, por ejemplo, llevo muchas horas sin dormir.

Periodista.- ¿A qué hora salió de La Habana?

Fidel Castro.- ¿Hora de La Habana? Como a las 10 y 14 de la noche, y antes de las 6:00 horas llegamos.

Entonces, tengo que leer bastante, y hay que coger un tiempo para consultar cosas, conversar de estos temas, y tengo que aprovechar la tarde, porque tengo unas cuantas cosas que leer, por lo menos para tenerlo archivado en la mente, por si hiciera falta algún dato de esos.

Periodista.- ¿Habrá encuentros bilaterales?

Periodista.- ¿Encuentros bilaterales va a tener?

Fidel Castro.- Habrá seguramente.

Periodista.-
¿Con el presidente Aznar?

Periodista.-
¿Con Colombia?

Fidel Castro.-
Habrá reuniones –pienso—con distintos Presidentes. Siempre se producen, en todas las Conferencias. Depende del tiempo, de la hora en que lleguen también; a los que llegan por la noche y por la madrugada los verás en la hora del almuerzo, los verás en la comida por la noche; a veces te sientan uno al lado y aprovechas; dura una hora u hora y media. En Margarita tenía a Ménem a mi izquierda y estuvimos conversando muchísimo tiempo. Fuimos a un almuerzo.

Entonces hay reuniones en los almuerzos, reuniones en los saludos, y encuentros bilaterales también.

Periodista.-
¿Con los reyes espera encontrarse?

Fidel Castro.-
Siempre es muy agradable encontrarse con el Rey, pero no conozco el programa del Rey. Constantemente hablo con él porque es un hombre que tiene muy buen humor, le gusta bromear, y me agrada conversar con él. Por ejemplo, cuando los funerales de Mitterrand, yo estaba al lado de él, en una mesa donde también estaba el Presidente de Francia. Y estaba creo que el Cardenal. Y me distinguieron con un asiento allí, cerca del Rey. Es muy agradable.

Pero, bueno, todo eso está por discutir. Ahora hay que ver qué tiempo tienen, qué compromisos tienen. No es conveniente cruzar el puente antes de llegar al río.

Periodista.-
¿De aquí usted va para España?

Fidel Castro.-
Es que no puedo ni siquiera saberlo; porque, para ir a algún lugar, hay que hacer algunos arreglos, y yo no tengo hecho ningún arreglo. Algunos decían que yo iba a hacer una visita allá por Galicia.

Periodista.-
¿Después de la Cumbre irá a Galicia?

Fidel Castro.- ¿Tú vives cerca de Galicia? No, no he hablado con Fraga.

Periodista.- Mas a sus primas Estelita y Victoria les gustaría verlo.

Fidel Castro.- Sí, a mí también me gustaría mucho verlas.

Periodista.- Yo hablé con ellas.

Fidel Castro.- ¿Tú hablaste? ¡Mira qué bien! Tenemos una prima que trabaja en las cuestiones del turismo y viaja, se mueve mucho.

Periodista.-
Yo hablé con Estelita y con Victoria.

Fidel Castro.-
También van, casi todos los años algunas de ellas viajan. Siempre llevan algo, un poco de orujo o algo de Galicia.

Periodista.- ¿No piensa visitarlas después de la Cumbre en Láncara?

Fidel Castro.- Bueno, no siempre voy a estar allí. España es muy grande, tiene muchas regiones, tengo que alternar según las posibilidades.

Periodista.-
Después de la Cumbre es posible.

Fidel Castro.- No, yo creo que es difícil. Tendrá que ser en alguna otra oportunidad. Una escala técnica. Porque a veces hay que aterrizar en algún lugar. La primera vez que vine a España fue en una escala técnica; estaba Felipe en la Presidencia del Gobierno. Había tanta neblina como había hoy en Oporto, y en un helicóptero me llevaron a La Moncloa.

Era un buen anfitrión Felipe. Jerez no podía faltar, como sevillano de pura cepa; jamón jabugo y algún buen queso manchego. Después de todo eso, me invitan allá arriba, a la residencia, y el jerez abre el apetito. Y entonces sirven el almuerzo y recuerdo algún vegetal, después otro platico, y cuando yo creía que esa era la entrada, llega el postre.

No creo que cometa ninguna indiscreción, sino doy una prueba de la austeridad en el Palacio de La Moncloa. Creo que fue una pechuguita de codorniz lo que me dieron allí, y después el postre.

Pasé un buen rato. Y esa fue la primera vez que vine a España.

Entonces, para ver algo de Madrid, pedí que me llevaran en automóvil al aeropuerto.

La otra vez que vine a España fue cuando la Cumbre. Y esa vez fui a Galicia.

Venía de Moscú, de un funeral, que en los últimos tiempos de la URSS se volvieron frecuentes. Entonces hice escala aquí en Madrid.

Cuando estuve en Turquía, hice escala en Canarias. Otro viaje que di, creo que fue a la Reunión de la FAO en Roma, hice escala en Las Azores. Son los distintos lugares, islitas que hay por ahí. Pero la primera vez fue una escala.

Me alegro de haber llegado a Portugal sin que sea escala técnica.

Saluda a mis primas, por favor.

¿Lo tuyo es radio o televisión?

Periodista.-
Radio TSF.

Fidel Castro.-
Llámala por teléfono.

¿Esto es directo?

Periodista.- No, es una grabación.

Fidel Castro.- Aprovecho para enviarles un saludo, a través de la radio, a mis primas en Galicia.

Periodista.- Gracias.

Fidel Castro.-
Bueno, he estado aquí demasiado tiempo. Tengo que seguir acumulando información.

Periodista.- Está bien. Pero que nos cuente después.

Fidel Castro.- Tú me das libertad.

Periodista.- Le doy permiso.

Fidel Castro.-
Sí, pero tiene que ser de interés, ¿no? Yo creía que con los problemas estos de Kosovo nadie se iba a enterar de la Cumbre; porque hace una semana yo decía: ¡Caramba, si no hay un arreglo allí en Kosovo, empiezan a volar cohetes Crucero y Tomahawk, bombas de B-52, nadie se va a enterar que hay Cumbre en Portugal. Va a estar la CNN trasmitiendo en vivo y en directo la guerra. Por lo menos ahora tenemos esperanza de que alguna gente se entere de que los iberoamericanos están reunidos aquí.

Periodista.-
Comandante, ¿qué sabe del conflicto…?

Fidel Castro.-
¿No habíamos acordado honorablemente que ya yo me retiraba? No, ya, me declaro en huelga. Adiós.

Periodista.-
Muchas gracias.

Lugar: 

Lobby del hotel Porto Palacio, en Portugal

Fecha: 

16/10/1998