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Que nuestra sangre señale el camino de la libertad

Fecha: 

13/03/2014

Fuente: 

Diario Granma
Las fuerzas de la tiranía reprimieron con violencia la acción de los jóvenes revolucionarios.Con José Antonio Echeverría a cargo de la presidencia de la FEU a partir de 1954, la organización comenzó a dirigir sus acciones hacia la causa liberadora y con la base de un sello fuertemente revolucionario. En 1955, bajo la dirección de este joven de apenas 23 años, se fundaría secretamente el Directorio Revolucionario, con la voluntad de dirigir la lucha estudiantil por el sendero de la acción armada. Ya en agosto de 1956, en la reunión en México con Fidel Castro —principal dirigente del Movimiento 26 de Julio— se fijarían acuerdos con las estrategias a seguir para la lucha, todo aglutinándose en un documento reconocido en nuestra historia como la “Carta de México”.

Concretados los planes, cada organización desarrollaría sus actividades, y el 13 de marzo de 1957, sería el día escogido para llevar a cabo las acciones que marcarían un rumbo diferente para la Cuba revolucionaria: el asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj.

El objetivo primario sería atacar el Palacio Presidencial en pos de derrocar finalmente a Batista. En este sentido, un grupo arremetería hacia la entrada del edificio, al tiempo que otro lo reforzaría en señal de apoyo; y paralelamente, se realizaría la toma de la radioemisora Radio Reloj, sede desde la que José Antonio Echeverría transmitiría el derrocamiento del tirano e incitaría al pueblo a unirse a la lucha armada en las puertas de la Universidad.

Alrededor de las tres de la tarde, el comando inicial —integrado por 50 hombres— se dirigía al Palacio Presidencial, y casi al mismo tiempo, partiría el grupo asignado a la toma de Radio Reloj, pero aún pensándose que las acciones serían simultáneas, la de la radioemisora tomaría el primer lugar en ejecución.

Una vez Echeverría en Radio Reloj, comienza a leer la proclama que en ese entonces y hoy, el pueblo ha mantenido fielmente en su mente: “Pueblo de Cuba, en estos momentos acaba de ser ajusticiado el tirano Batista…”.

Estas palabras, que resonaron y lograron estremecer a toda Cuba, lamentablemente no coincidieron con lo que realmente aconteció. Luego, y una vez tomada la emisora, José Antonio debía dirigirse a la Universidad, pero justo en una de las calles laterales al centro, su carro fue interceptado por una patrulla de las fuerzas batistianas y saliendo a enfrentar a sus contrincantes y sin temor alguno por su vida, en medio del tiroteo fue cruelmente asesinado.

“Contábamos con un plan muy bueno, y suficiente armamento (…) pero no triunfamos porque nos falló el refuerzo que debía tomar los edificios aledaños al Palacio, para neutralizar la guarnición de la última planta y de la azotea, y darnos la cobertura necesaria para reforzar en hombres y parque al comando (…) La operación era perfecta. Se ocuparon la planta baja y el segundo piso donde estaba el despacho de Batista, que huyó antes de llegar el comando (…) ya con muchos heridos, agotado el parque y sin llegar refuerzos, se desploma la operación”,1 apunta Faure Chomón —uno de los jefes de acción del Directorio— respecto al ataque al Palacio.

A pesar de no haberse alcanzado el objetivo previsto, el heroísmo demostrado por los combatientes del 13 de marzo inquietó la conciencia del pueblo y continuó señalando el camino hacia la libertad como certeramente patentizó José Antonio Echeverría: “Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo. Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo”. 2

1 Palabras de Faure Chomón en Granma Internacional: “El audaz asalto al Palacio Presidencial”, 9,4,1997.

2 Testamento Político de José Antonio Echeverría.