Internacionalismo

Alfabetización

Entre 1961 y 2013 han estudiado becados sólo por el Ministerio de Educación (MINED) de Cuba más de 21 365 alumnos provenientes de 82 países del mundo.

Programa de Alfabetización "Yo sí Puedo"

El programa de alfabetización "Yo, Sí Puedo", fue creado por especialistas del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (IPLAC), dependencia del MINED, a partir de una idea del Comandante en Jefe Fidel Castro de crear un método de enseñanza de las letras a partir de los números.

Consta de 65 video-clases, una sencilla Cartilla y el Manual del Facilitador (alfabetizador).

Se sustenta en el principio de la eficiente utilización de los medios audiovisuales y está orientado a lograr en los alfabetizados, no sólo la simple adquisición de habilidades y destrezas en el manejo de las letras y los números, sino también en la comprensión de los fenómenos circundantes, de ahí su naturaleza concientizadora.

El programa existe también en sistema Braille, para sordos y personas con problemas intelectuales leves.

La aplicación de este programa motiva a las personas hacia una superación permanente con el consiguiente impulso a la incorporación de la población iletrada a la vida social y económica del país.

Metodología

El método "Yo, sí puedo" divide la acción formativa en tres estadios diferentes; adiestramiento, enseñanza de lectura y escritura y consolidación.

La identificación de los alumnos y de sus necesidades así como un conocimiento amplio de su idiosincrasia es fundamental para el éxito del método. Es importante considerar el punto de partida del alumno ya que hay diferentes niveles de conocimiento, no todas las personas iletradas son analfabetas puras, para ello se realiza una clasificación de los alumnos en tres tipos;

* Iletrados Puros, que no han tenido ninguna relación con la enseñanza, no han ido nunca a la escuela.

* Semi-iletrados, han ido a la escuela o saben escribir alguna letra o palabra, o han olvidado lo aprendido por no hacer uso de ello.

* Iletrados Especiales, son personas con necesidades educativas especiales, por lo que se debe tomar en cuenta las limitaciones físicas que presentan.

El proyecto tiene una etapa previa de preparación y adecuación al lugar donde se va a ejecutar. Hay que adaptarlo a la realidad e idiosincrasia de la propia sociedad que va a recibir el beneficio. Esto se hace junto con la organización que lo vaya a ejecutar en el lugar concreto.

El material docente es la cartilla, de suma importancia, y los vídeos. Con ellos se siguen las clases y se va desarrollando el proceso de aprendizaje.

Actualmente el programa comprende dos métodos más: uno que persigue que los alfabetizados no pierdan las habilidades adquiridas debido a la inactividad intelectual ("Ya puedo leer y escribir") y el Yo, sí puedo seguir, el cual ha permitido que aproximadamente 900 mil personas alcanzaran el nivel equivalente a sexto grado.

Etapas

Las etapas formativas son tres y tienen duración diferente. De las 65 clases que completan el método, 10 se dedican a la primera etapa de adiestramiento, 42 a la etapa principal de aprendizaje de la lectura y escritura, y 13 a la de consolidación.

Adiestramiento

En el primer estadio o etapa del método "Yo, sí puedo" se realiza una preparación del alumno para su posterior implicación en el aprendizaje de la lectura y la escritura. Para ello se emplean 10 clases estructuradas en dos bloques, el primero de ellos es de cinco clases. El primero está destinado al desarrollo de la expresión oral y de las habilidades psicomotrices, así como el asegurar la representación gráfica de los números del 0 al 30 (los números suelen ser conocidos por la mayoría de los alumnos). El segundo bloque se encarga del estudio de las vocales.

Aprendizaje de la lectura y escritura

Esta es la etapa principal, en ella el alumno aprende a leer y a escribir. Esta etapa ocupa 42 clases que están divididas en dos grupos, uno de 23 y otro de 19 clases.

El primer grupo de clases está destinado al aprendizaje de las letras y fonemas, para ello cada día se dedica a una letra o fonema concreto quedando el mismo resuelto en esa jornada.

El segundo grupo se destina a las dificultades particulares que presenta el idioma, en el castellano o español, se dedica a las combinaciones especiales como el uso de la "rr", la "ll" o la "ch" o los sonidos de la "ce" "ci" o la "güe" güi".

Los ejercicios utilizados son la relación de un número conocido con una letra desconocida. El reconocimiento de una figura sencilla y su relación con la palabra objeto de estudio. La presentación de una idea u oración, en la cual hay que determinar la palabra clave que luego hay que dividir en sílabas, para realizar al final la producción de nuevas palabras e ideas.

Consolidación

Este estadio o etapa está destinado a fijar los conocimientos adquiridos en la etapa anterior. También sirve para evaluar la consecución de los objetivos perseguidos. Se utilizan 13 clases de las cuales dos son finales de redacción.

Las dificultades de la grafía se resuelven y consolidan utilizando un sistema lúdico, como si fuera un juego. Identificación de imágenes y escritura de su nombre. Se desarrolla un escritura y una lectura inteligente, aún a nivel elemental, construyendo frases que tengan sentido lógico.

Encuentro presencial

Las clases presenciales están estructuradas minuciosamente. Se dedican los primeros minutos de la clase, alrededor de cinco, a interesarse por el día a día de los alumnos, por las dificultades que encuentran en el aprendizaje y controlar la asistencia además de motivarles. Una vez pasado este tiempo se divide la clase en dos períodos de 30 minutos, con 15 de intercambio activo y un descanso de 10.

En los primeros 30 minutos se ve un vídeo que se comenta durante los siguientes 15 minutos, luego se hace un receso de 10 minutos y se continúa con una clase de 30 minutos y un nuevo periodo de análisis e intercambio de 15.

Ocasionalmente se puede completar las clases los sábados y domingos para realizar repasos y consolidar los conocimientos adquiridos. Es importante que éstas sesiones estén acordadas con los asistentes.

No se debe avanzar si lo que se ha aprendido no está debidamente consolidado. El facilitador (profesor) debe preparar la clase con antelación relacionando la clase presencial con la del vídeo.

Material

El material docente son los vídeos y la cartilla. Los vídeos se utilizan en los primeros 30 minutos de la clase y la cartilla en los últimos. Hay una relación directa entre ellos.

La cartilla

La cartilla, que junto al material grabado es la base del método, presenta un mismo formato en todas sus páginas. La línea directriz que sigue está sustentada en el vínculo de lo conocido, los números, con lo desconocido, las letras. Para ello se asocia a cada letra con un número y cada una de ellas constituye una clase.

La última parte de la cartilla está destinada a las combinaciones trilíteras, de tres letras o más, que requieren un tratamiento particular. Los espacios señalados con un lápiz están destinados a ser rellenados por los alumnos pero, a menudo, hace falta ampliarlos con espacio auxiliar. En el centro de la cartilla hay un espacio destinado a resumir letras o fonemas estudiados para que sirvan de ayuda al estudiante en la ejecución de los ejercicios propuestos.

Asociación números letras

La asociación entre números y letras que se ha realizado es la siguiente:

* a se ha asociado con el número 1.
* e se ha asociado con el número 2.
* i se ha asociado con el número 3.
* o se ha asociado con el número 4.
* u se ha asociado con el número 5.
* l se ha asociado con el número 6.
* r (suave y fuerte) se ha asociado con el número 7.
* f se ha asociado con el número 8.
* m se ha asociado con el número 9.
* c se ha asociado con el número 10.
* p se ha asociado con el número 11.
* t se ha asociado con el número 12.
* v se ha asociado con el número 13.
* s se ha asociado con el número 14.
* n se ha asociado con el número 15.
* rr (por una cuestión metodológica), se ha asociado con el número 16.
* q se ha asociado con el número 17.
* y se ha asociado con el número 18.
* d se ha asociado con el número 19.
* b se ha asociado con el número 20.
* h se ha asociado con el número 21.
* ñ se ha asociado con el número 22.
* ch se ha asociado con el número 23.
* j se ha asociado con el número 24.
* x se ha asociado con el número 25.
* ll se ha asociado con el número 26.
* z se ha asociado con el número 27.
* g se ha asociado con el número 28.
* k se ha asociado con el número 29.
* w se ha asociado con el número 30.

Después de terminar

Una vez finalizada la acción se le ofrece a los alumnos un mes de perfeccionamiento en la lecto-escritura, ya sin soporte audiovisual.

Existe otro programa que complementa a "Yo, sí puedo" y permite al alfabetizado llegar a completar los estudios de primaria, este programa es el "Yo, sí puedo seguir".

Papel de las entidades en la aplicación del Yo, sí puedo.

El novedoso método de alfabetización de relación de números y letras permite que cualquier punto dotado de televisor y dvd se convierta en una clase de alfabetización, de modo que cualquier entidad puede colaborar de forma activa con “Yo, sí puedo” cediendo un espacio para desarrollar el programa. De este modo, las entidades colaboran ofreciendo un servicio a los ciudadanos y participando en la transformación social de los barrios.

El perfil de persona a la que se dirige el programa de alfabetización “Yo, sí puedo” impide que el mensaje pueda llegar de forma directa al “público meta”, ya que existen varios elementos en contra. Evidentemente, la propia condición de la persona iletrada le impide ser receptor directo de la información a través de cartelería, páginas web, dípticos, etc., de forma que siempre recibe el mensaje a través de un intermediario.

Por este motivo, es necesario hacer un esfuerzo de difusión para que la persona iletrada reciba la información del programa y pueda participar. Teniendo en cuenta, además, que “oficialmente” los analfabetos no existen y permanecen ocultos a la sociedad, más si cabe en una sociedad del Primer Mundo, deben articularse otros mecanismos que permitan llegar a ellos, ofrecerles el programa y animarlos a participar.

Las características personales del iletrado, en general, por la falta de autonomía y autoestima, hacen que se necesite el refuerzo o acompañamiento de un referente, ya sea un familiar, un vecino del barrio o un técnico de servicios sociales, que den “garantía” del programa y promuevan la alfabetización.

Para conocer la realidad y contexto de cada barrio es necesario contactar con los espacios de referencia para los vecinos donde desarrollen su actividad social y de convivencia. En cada barrio encontramos distintos referentes, ya que el movimiento social no siempre tiene que articularse en torno a una asociación de vecinos: los centros de culto, como parroquias o iglesias evangélicas, los centros cívicos o mercados de abastos, son puntos de contacto con los ciudadanos para la difusión del programa.

También hay que contar con otro tipo de organismos o entidades que pueden colaborar en la difusión del programa o en la derivación de participantes, como, por ejemplo, unidades de trabajo social, centros de salud, centros de orientación de empleo o de atención a inmigrantes, entre muchos otros que, aún no trabajando específicamente con personas iletradas, detectan casos que pueden ser atendidos por “Yo, sí puedo”.

Implicación de las entidades en la transformación social de sus barrios

Los estudios censales revelan cómo las mayores tasas de analfabetismo se concentran en las zonas más deprimidas socioeconómicamente y de necesidad de transformación social, de modo que se establece una relación directa entre analfabetismo y marginación, exclusión o precariedad laboral.

Gracias a “Yo, sí puedo”, no sólo las entidades vecinales, sino toda la estructura social del barrio, tienen la oportunidad de participar en la transformación de su comunidad, colaborando para que sus vecinos aprendan a leer y a escribir. Además, los vecinos también pueden involucrarse en la erradicación del analfabetismo en su barrio a través de la figura del facilitador, persona que, sin necesidad de experiencia pedagógica o didáctica, refuerza y afianza los conocimientos que se trasladan en la video-clase.

Por todo ello, es necesario destacar que “Yo, sí puedo” no sólo suma entre sus éxitos la alfabetización de los ciudadanos a los que, en un mundo desarrollado, les ha sido negado su derecho a la educación, sino que, además, es un revulsivo para que el resto de ciudadanos y estructuras sociales sean conscientes de que la lacra del analfabetismo existe en sus barrios y entre sus propios vecinos, que además, intentan ocultarlo por vergüenza.

El programa “Yo, sí puedo”, por tanto, se presenta como una herramienta de intervención que permite a las comunidades, sin coste alguno, participar en la construcción del primer paso para la transformación social, como es la formación y la educación de los ciudadanos, y que hasta el momento les habían sido negadas. Siendo partícipe en la alfabetización de los ciudadanos, se fortalece la implicación y la vertebración social, la integración en la comunidad y la solidaridad entre vecinos, ayudando a crear una sociedad más justa e igualitaria.

Logros y Perspectivas

Ha obtenido buenos resultados y se utiliza en más de 30 países del mundo. La cifra de alfabetizados con este método es superior a los 3,5 millones de personas.

Entre los países que lo utilizan se encuentran Argentina, Venezuela, México, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Colombia. Con la aplicación de este sistema de enseñanza se podría alfabetizar a una persona en 7 semanas y se lograría erradicar este mal de la tierra con solo la tercera parte del fondo de la Unesco para estos fines. En muchos países ha sido llevado a acabo por organizaciones religiosas y ONG's.

Se continúa trabajando en la instrumentación de los acuerdos logrados en esta área con Dominica, Namibia y Sierra Leona y en la concreción de las respuestas a los intereses expresados por Angola, Swazilandia y Jamaica.

En Venezuela, donde había voluntad política y financiera y una participación activa e ilusionada de los beneficiados, se logró alfabetizar a un millón de personas en cinco meses y 27 días en las 34 lenguas y etnias que existen en el país. Con ello se declaró a Venezuela territorio libre de analfabetismo e incentivó a la continuación de los estudios a todos los que lo desearan. Se da la circunstancia que hay personas de más de 100 años de edad que han sido alfabetizadas con este método. Una de ellas declaró:

"He tenido que esperar 102 años para escribir mi nombre. Ahora me puedo morir tranquila."

En México se está utilizando, con buenos resultados, en los estados de Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Nayarit. En este caso las grabaciones están realizadas por actores mexicanos e incluyen variaciones propias del español hablado en el país.

En África se utiliza en Nigeria, Guinea-Bissau, Mozambique y Sudáfrica. Para ello se realizan las modificaciones precisas para adaptarlo a las lenguas de los países que lo van a autorizar así como a sus condiciones históricas, geográficas y sociales.

También se está utilizando en Nueva Zelanda y en la ciudad de Sevilla como primera experiencia del programa en Europa, donde se estima la existencia de al menos 35.000 analfabetos.

La UNESCO, junto a otras organizaciones internacionales, ha reconocido la labor altruista de Cuba por la aplicación y efectividad del programa de alfabetización “Yo sí puedo” en los diferentes contextos, otorgándole dos Menciones Honoríficas del Premio “Rey Sejong” en el año 2002 y 2003 respectivamente y con el Premio “Rey Sejong” de la UNESCO otorgado al IPLAC (Instituto Pedagógico Latinoamericano y del Caribe de Cuba) en el año 2006.

Actualmente en clases 240 mil 157 personas de 23 países.Se han producido 12 versiones del Programa “Yo Sí Puedo”, ocho en idioma español, una en portugués, una en inglés y las versiones en quechua y aymará para Bolivia, creol para Haití y otra en tetun para Timor Leste.

El método Yo, sí puedo seguir, ha permitido que aproximadamente 900 mil personas alcanzaran el nivel equivalente a sexto grado.

"Uno de los logros más importantes del programa ha sido su contextualización (más de 20), puesto que se ha adaptado a las particularidades —no solo lingüísticas— del lugar de aplicación". Se están preparando el método para emplearlo en idioma francés, pues ya existen versiones en inglés y portugués, así como en algunas lenguas originarias como quechua y guaraní.

Experiencia en Argentina

Esta valiosa herramienta educativa llega a la Argentina, por solicitud de un grupo de compañeras y compañeros de distintos movimientos sociales de ese país.

Todo comenzó a partir del trabajo en las organizaciones de base, donde se fueron encontrando problemas de analfabetismo en comunidades de pueblos originarios o en zonas muy humildes del gran Buenos Aires.

En esta tarea, todos estamos aprendiendo mucho, conociendo más al pueblo, por lo que constituye una experiencia valiosa no sólo para quienes aprenden a leer y escribir.

Este problema no es sólo de los iletrados, sino de toda la sociedad, que no debe permanecer indiferente ante tamaña injusticia. “…Todo hombre tiene derecho a educarse, y en pago contribuir a la educación de los demás..” José Martí.

Leer y escribir es mucho más que eso, es poder expresar lo que se piensa, lo que se siente, es tener una verdadera participación, es resolver cuestiones de la vida cotidiana sin depender de alguien que les lea una receta médica, o los acompañe a realizar un trámite, o sufra el miedo constante por no saber qué está firmando con su pulgar; es un salto cualitativo en la vida y por tanto de la sociedad.

En estos momentos hay 200 centros de alfabetización con más de 2000 participantes, y 18.800 graduados en el país.

Se trabaja en las provincias de: Buenos Aires, Jujuy, Salta, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones, Córdoba, Catamarca, y en la Capital Federal.

Este valioso esfuerzo de voluntariado en red, ha sido fruto de la comprensión de todos los movimientos y organizaciones participantes.

Los protagonistas son quienes están aprendiendo la lecto-escritura, y sus facilitadores que los acompañan de cerca en el proceso de aprendizaje, ello se tradujo en el 1º Encuentro de participantes y facilitadores realizado el 12/12/03. Los demás, estamos cumpliendo otras funciones, como es el monitoreo de ese aprendizaje y la garantización de la infraestructura, elementos imprescindibles para que el plan funcione.

Esta experiencia ha cambiado la vida de muchas personas, hemos aprendido de los iletrados valiosos saberes que ellos no saben que saben, nos hemos hermanado más aún entre quienes estamos participando, aprendimos un poquito más lo que sufre aquel que no sabe leer y escribir, pudimos conocer sus dolorosas motivaciones y sus penosos relatos de vida. También sabemos que a ellos este proyecto les ha cambiado la vida. Se ve en su renovado entusiasmo, están esperanzados en continuar estudiando, hacen planes de todo lo que podrán resolver cuando terminen el curso, comentan los cambios, por ejemplo que una participante pudo leer por sí misma una correspondencia de una oficina pública, un participante alcohólico comentó que se le habían ido las ganas de emborracharse, o un joven que por fin podría ver completa la película "Matrix" y podría leer la traducción o una abuela que por fin podría escribirles a sus nietos cuánto los quería o una mamá frustrada porque en la escuela no podía escribirle un mensaje de fin de curso a su hija, como lo habían hecho las demás.

Es decir, el analfabetismo es un fenómeno particular, solucionable, que deja heridas profundas en los seres humanos.

En el mundo existen más de 860 millones de analfabetos absolutos, el 98,5% de los cuales se concentra en los países del Tercer Mundo, sin contar los que se van sumando por la falta de atención escolar en las edades tempranas de la enseñanza básica, donde más de 130 millones de niños están fuera de las escuelas.

En América Latina en especifico el 12 % de la población es analfabeta, pero se calcula, conservadoramente en cifras absolutas 42 millones los iletrados y 110 millones de personas jóvenes que no han logrado concluir la educación primaria, por lo que pueden considerarse semianalfabetos o analfabetos funcionales.

La alfabetización de un pueblo, tanto como el hecho educativo mismo, es un acontecimiento político cuyo éxito depende de la participación masiva y unánime de todas las organizaciones existentes y de todos los sectores de la población.

Experiencia en Uruguay

Desde 2007 pasaron 5.000 personas por el programa de alfabetización para adultos del Mides, pero aún hay 30.000 uruguayos que nunca pisaron una escuela.

Actualmente están abiertos 46 grupos de alfabetización básica en todo el país, con un promedio de 10 alumnos cada uno. Según datos de 2009, el 6,7% de la población mayor de 15 años no sabe leer y escribir. El índice de analfabetismo más alto se encuentra en Rivera. Montevideo y Canelones también tienen cifras mayores a la media nacional. El programa dura cuatro meses, con cuatro encuentros semanales de una hora y media cada uno.

El programa “En el país de Varela Yo Sí Puedo” es una adaptación de un programa de alfabetización cubano llamado Yo Sí Puedo. Según Ulma Carneiro, del Programa de Alfabetización del Mides, la iniciativa surgió cuando se realizó el relevamiento de población para el Plan de Emergencia, y se detectó la cantidad de personas que no habían terminado la escuela y los que nunca habían ido.

El programa consiste de 65 videoclases guiadas por un maestro. Las videoclases simulan una maestra y varios alumnos que, por diferentes circunstancias, nunca habían podido aprender a leer y escribir. Según Carneiro, las imágenes “se contextualizaron al país, se relevaron paisajes típicos, participaron actores uruguayos y se utilizan canciones y poemas nacionales”. Además, se plantean temas como la violencia doméstica, el cuidado de los niños o la alimentación.

Experiencia en Ecuador

En noviembre de 2002, Fidel promovió la posible colaboración entre Cuba y Ecuador en el ámbito educativo. Esto ocurrió durante un intercambio con los Movimientos Indígenas del Ecuador en la inauguración de la Capilla del Hombre. Dos años después, el noble empeño comenzó a materializarse y hoy muestra sus resultados.

Experiencia en Sevilla

El programa cubano de alfabetización “Yo, sí puedo” se implanta en Sevilla a través de la Fundación para la Formación, Innovación y Cooperación, Fundación DeSevilla, con la colaboración de las delegaciones de Juventud y Deportes, Participación Ciudadana, Economía y Empleo y Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Sevilla.

Para la Fundación DeSevilla y para las delegaciones municipales que son patronas del citado programa, la alfabetización es una prioridad. En este sentido, el novedoso método creado por el IPLAC (Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño) con el objetivo de ayudar a los ciudadanos que se encuentran en la capital hispalense bajo el flagelo del analfabetismo, es una apuesta clara y firme que emana de la voluntad política necesaria para la aplicación de un programa de estas características.

De ahí que el asumir este privilegio lleva consigo el compromiso y la responsabilidad de ser eficientes multiplicadores de este plan que llega a ONG´s, instituciones docentes, movimientos vecinales, organizaciones sociales… las que aportan con su esfuerzo y trabajo voluntario el ingrediente necesario para resolver el problema del analfabetismo.

El equipo del “Yo, sí puedo” está compuesto por varias comisiones de trabajo encargadas de que el programa se desarrolle correctamente, con el objetivo de erradicar el analfabetismo en la ciudad de Sevilla. Estas comisiones cuentan con una asesoría del IPLAC de Cuba que garantiza la correcta implementación del programa.

La comisión técnico-metodológica la forman técnicos expertos en pedagogía y psicología, que han contextualizado el programa cubano a la realidad sevillana. Este equipo realiza un seguimiento a los participantes y apoya a los facilitadores en su labor, garantizando de este modo el éxito del programa.

La comisión estadística coordina la elaboración del censo en los barrios de la ciudad. En este censo se recogen los datos de todos los ciudadanos para determinar las tasas de analfabetismo y conocer la incidencia del programa en la población.

Al igual que en todos los lugares del mundo en que se aplica el “Yo, sí puedo”, en Sevilla hemos de valernos de un censo de población; en primera instancia, es imprescindible para conocer cuántas personas, en este caso de la ciudad de Sevilla, son iletradas. Se utilizó el método del muestreo de población, y el resultado fue cuanto menos sorprendente: alrededor de 35000 habitantes de la ciudad son iletrados, puros y funcionales; es decir, el 5% de la ciudadanía.

Además de para conocer el número de personas iletradas, el censo nos sirve para la obtención de otros datos como el nivel de instrucción, el conocimiento de la lengua castellana (para el caso de la población inmigrante), la nacionalidad, la edad y el sexo, y de esta manera poder hacer estadísticas en base a estos factores.

Según los datos analizados, de esas 35000 personas iletradas, el 66’1% son iletrados puros y el 33’9% funcionales. Lo cual nos indica que una gran mayoría de estas personas ni tan siquiera tuvieron la oportunidad de ir a la escuela primaria.

En Sevilla, la aplicación del método cubano “Yo, sí puedo” es novedoso no sólo desde el punto de vista metodológico, si no en el uso de nuevas herramientas didácticas. El uso del DVD, a través del cual el iletrado accede a las video-clases supone una avance en la minimización de costes y universalización del programa ya que todo el material didáctico está contenido en solo 17 dvd´s, con el consiguiente ahorro en material audiovisual dada la mayor capacidad de almacenamiento de datos de los mismos y puede ponerse en práctica en cualquier lugar que haya un reproductor, sea una escuela, una asociación, un centro cívico o una casa, pudiendo ser casi cualquier espacio válido para la alfabetización de los iletrados. La facilidad de transporte y almacenamiento de los dvd´s es un elemento a tener en cuenta.

actualización 12/01/2010 fuente: página oficial del programa Yo Sí Puedo

En el año 1998 por indicación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, se realizó la primera versión del Programa de Alfabetización “Yo, sí puedo”, por un grupo de especialistas cubanos del Ministerio de Educación (MINED), que sería aplicado en la República de Níger en idioma francés, pero este método de alfabetización no pudo aplicarse, por el magnicidio al presidente de la República y la contextualización se traslado a la República de Haití y fue necesaria contextualizarla al Creole, que fue la primera versión aplicada del mismo. Este programa que hoy se aplica en 30 países y tiene una cifra de 8.137.152 personas alfabetizadas. Cuba continua promoviendo y desarrollando la colaboración internacional en el campo de la alfabetización y la educación básica, con la finalidad de contribuir con los esfuerzos que se realizan en el mundo, para reducir los altos índices de analfabetismo entre la población joven y adulta en aquellos países que no cuentan con los recursos humanos y financieros necesarios para afrontar este reto.

La concepción cubana se expresa en el establecimiento de una educación básica de calidad que permite a los necesitados, transitar desde la alfabetización hasta los niveles de sexto y noveno grados. Esta concepción se materializa con los programas de alfabetización y de continuidad de estudios “Yo, sí puedo”, “Ya puedo leer y escribir” y “Yo, sí puedo seguir”.

El programa “Yo, sí puedo” tiene como objetivo estratégico que el participante se inserte en la vida social, cultural y económica de su entorno y aprenda los códigos lingüísticos necesarios que le permita la continuidad de estudios en las instituciones educativas existentes en el país o con el programa diseñado para la elevación del nivel cultural “Yo, sí puedo seguir”, para alcanzar la educación básica primaria y su continuidad hacia los subsiguientes niveles educativos.

El programa “Ya puedo leer y escribir” posibilita el tránsito de los recién alfabetizados al programa de Educación Básica Elemental “Yo, sí puedo seguir” u a otros programas de la Educación de Jóvenes y Adultos existentes en el País. Con este programa se logra una articulación que responde a la propia concepción cubana que considera la alfabetización dentro de un proceso socioeducativo, mucho más amplio en el cual es necesario asegurar la continuidad de estudios de los recién alfabetizados a través de diferentes vías y modalidades.

El objetivo general del programa “Yo, sí puedo seguir” es proporcionar a los participantes una formación equivalente al nivel elemental de la enseñanza básica de acuerdo con los sistemas educativos del país donde se implemente, que permita a la población beneficiaria una vez alcanzado los objetivos, asumir estudios superiores de capacitación laboral o mayor acceso a las diferentes fuentes de trabajo en las comunidades donde viven.

REPÚBLICA DE ANGOLA

Al finalizar el mes de diciembre del año 2013, se alcanzan resultados superiores en la colaboración que desarrolla el Ministerio de Educación de Cuba (MINED), en la República de Angola, como expresión de la prioridad y atención que se le esta brindando a esta colaboración educacional. Están incorporados en este país 247 colaboradores de los cuales 114 están insertados en la educación Técnica Profesional y otros 4 están en proceso para viajar al país, 110 están insertados en el nivel universitario y 20 como asesores del programa “Yo, sí puedo”.
Relevo 55 Politécnicos, 61 Escuelas Pedagógicas y 2 Alfabetización y 2 Escuelas Primaria: 120.

Desde junio del 2012, se intensifica el trabajo para la articulación de todos los procesos que permitan desarrollar con éxito la generalización del programa de alfabetización “Sim, eu posso”, para alfabetizar 8 millones de iletrados en el período 2012-2020 y de forma paralela brindarle atención a las direcciones del trabajo ofertadas al Ministerio de Educación de Angola por nuestro país en todas las educaciones. Se significa que actualmente existe un numeroso grupo especialistas preparados para cubrir los relevos y otras necesidades país.

Al finalizar el mes de diciembre del 2013, se reporta en las 9 provincias donde se aplica actualmente el Programa “Yo, sí puedo” una cifra de 556 243 personas alfabetizadas y 30 835 iletrados en clases.

Se significa que el número de mujeres en la Matrícula Acumulada alcanza el 65.35% y el grupo de edades predominante es de 19 a 25 años, lo que representa el 29.08% del total. En cuanto a los Alfabetizados, las mujeres alcanzan el 70.20% y el grupo de edades que prevalece es de 19 a 25 años para el 30.22%. El rango de edad de 19 a 35 concentra el 58.58% del total de Alfabetizados.

actualización 20/03/2014 fuente: Informe del Ministerio de Educación