Este libro da a conocer el tipo de relación que estableció el líder de la Revolución cubana con los hombres que garantizaban su seguridad personal, y el porqué de la admiración y respeto que estos sentían hacia él.
 
Fidel fue para ellos un maestro, una escuela, y en el culto al honor, la ética, la sencillez, la humildad, la honradez, la responsabilidad, la entrega sin límites y el optimismo, convirtió a los miembros de su escolta, en un destacamento de vanguardia de la Revolución.
 
Sabio y visionario, fue renovando con el tiempo los efectivos de su seguridad personal, pensando siempre en la superación y el futuro profesional de la tropa rebelde que lo había acompañado sin vacilación en todas las tareas y misiones encomendadas. De aquel primer grupo emergieron con el tiempo, generales y coroneles, revolucionarios leales a la Patria.